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Arnobio

Apologista cristiano, floreció durante el reinado de Diocleciano (284-305). San Jerónimo dice, en su Crónica, que antes de su conversión, Arnobio era un distinguido retórico en Sicca, en el África proconsular, y debía el don de la fe cristiana a un sueño. Para superar las dudas del obispo local en cuanto a la seriedad de su creencia cristiana, escribió (alrededor del 305) una obra apologética en siete libros que San Jerónimo llama (Ilustres Hombres 79) "Adversus Gentes" pero se titula "Adversus Nationes" en el único manuscrito (del siglo IX) que nos ha llegado. Arnobio es un vigoroso apologista de la fe cristiana, defiende y expone su noble monoteísmo (deus princeps, deus summus), la divinidad de Cristo y de la religión cristiana, demostrada por su rápida difusión, su increíble influencia sobre los pueblos incivilizados y su acuerdo con las opiniones de los mejores filósofos. A propósito de las tendencias cristianas de Platón, nos ha dejado un tratado muy notable sobre la naturaleza del alma (II, 14-62). La idolatría pagana la refuta como llena de contradicciones y abiertamente inmoral. Su obra, especialmente los Libros III-IV, abunda en curiosas informaciones extraídas de fuentes fidedignas (p. ej. Cornelio Labeo) sobre las formas de culto idólatra, los templos, los ídolos y la mitología greco-romana de su época, por lo que es muy apreciada por filólogos latinos y anticuarios. Arnobius es más serio en su defensa del cristianismo que correcto en sus principios. Así, sostiene que los dioses paganos son seres reales, pero subordinados al supremo Dios cristiano; el alma humana no es obra de Dios, sino de un ser intermedio, y no es inmortal por naturaleza, sino capaz de revestirse de inmortalidad como una gracia.

contra los paganos

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